lunes, 25 de abril de 2011

Pulseras escubidú

Siglos, siglos hace que no hacemos ninguna entrada. Bueno, no me flagelaré con las disculpas y excusas que solo me valen a mí y nada más haré propósito de enmienda.
Bueno, hemos hecho un montón de cosas durante este tiempo. Entre otras, hemos estado en La Rioja, cogiendo piritas y observando huellas de dinosaurios. En aquel viaje, una de las mamás llevaba para entretener a las niñas unas cintas que me trajeron preciosos recuerdos de infancia. Eran estas que acompañan la entrada. Me hizo mucha ilusión y me puse manos a la obra: imposible. No recordaba cómo se hacía. Me empeñé, me empeñé... Nada. Y Carolina:

- ¿Te sale, mamá?
- No.
- Pero ¿sabes hacerlas?
- Sabía.
- ¿Ya no?
- Es que no me acuerdo...


Y vuelta a empezar, porque una es cabezota y mi hija, pues otra cabezota. Un mes después, compré yo unas cintas de estas en una tienda y quise seguir las instrucciones... Imposible. No entendía nada y no recordaba más que era muy fácil.

- ¿No te sale, mamá?
- No.
- Pero ¿te salían?
- Sí, me salían.
- ¿Ya no te salen?
- Pero me saldrán.

Carolina iba perdiendo la fe en mí, así que ya, harta de no conseguirlo decidí hacer una búsqueda en youtube. Lo primero que aprendí es que se llaman "cintas escubidú", mejor "scubidou", ni idea, para mí Scoby Doo era un perro de los dibujos de los '70, ahora también resulta que esas cintas se llaman así. Bueno, pues encontré un montón de vídeos todos muy muy liosos hasta que por fin, en este vi la luz:



Y ahora, en nuestra casa, tenemos varias pulseras, una correa de perro, dos llaveros... todo, todo, todo, de scoubidou.


¡¡GRACIAS!!